Epigénesis: Nueva disciplina que revoluciona la medicina, la psiquiatría y todas las ciencias biológicas (página 2)
Nuevas investigaciones
Las exploraciones del grupo de
Nathaniel Heintz en el Laboratorio de
Biología
Molecular de Rockefeller University en New York,
sugieren que una nueva área de complejidad, hasta ahora
desconocida, existe en nuestro plan
genético universal afectando los organismos que de
éste se originan.
Heintz comenzó sus investigaciones
partiendo de la premisa de que todos los mecanismos que, desde la
estructura del
núcleo, regulan la expresión genética,
no han sido bien establecidos.
La razón por la que Heintz pensara de esta
manera es algo que casi todos los investigadores comparten, ya
que nadie puede explicar cómo son posibles las diferencias
enormes — en términos de complejidad estructural — que
existen entre lombrices, ratones, simios y seres humanos, todos
los cuales poseen aproximadamente la misma cantidad de material
genético.
Célula madre
Los científicos, que laboran con Heintz,
han determinado que las diferencias en la expresión
hereditaria entre seres vivientes, se originan en parte en los
mecanismos de regulación dinámica que controlan la
expresión de los genes, en lugar de originarse en los
genes mismos.
La ciencia
epigenética, disciplina
nueva y progresiva en el campo de la biología, se dedica,
precisamente, al estudio de los factores
no-genéticos que intervienen en esta
regulación.
Un componente fundamental en esta variable, de la
expresión transmitida, lo representa la metilación
del ADN, que
determina los lugares donde la citosina precederá a la
guanidina en el código
que resultará pasado más adelante a generaciones
futuras.
Veamos
Cuando una enzima conocida como la
metiltransferasa fija un grupo metilo a la citosina, esta
acción
resulta en un elemento nuevo, estable, y totalmente diferente a
la base original, llamado 5-metilcitosina.
Esta modificación, actuando en la
región promotora de un gene resulta en el silenciamiento
del mismo.
La metilación
del ADN
En bioquímica, la metilación es la
adición de un grupo metilo (-CH3) a
una molécula. En la biología del desarrollo, la
metilación es el principal
mecanismo epigenético. Aquí la
metilación consiste en la transferencia de grupos metilos a
algunas de las bases citosinas
(C) del ADN situadas previas y contiguamente a
una guanina (G). Puesto que la metilación es
fundamental en la regulación del silenciamiento de
los genes, se pueden provocar alteraciones en
la transcripción genética sin necesidad
de que se produzca una modificación en la secuencia
del ADN, siendo éste uno de los mecanismos
responsables de la plasticidad fenotípica.
También pueden ser metilados los productos de
los genes, es decir, las proteínas,
regulándose asimismo su función.
En este proceso
intervienen las enzimas
ADN-metiltransferasas.
Como ya hemos visto en otras ponencias
relacionadas a este tema, la metilación regional del ADN
comienza en las etapas más tempranas de la vida, actuando
en la diferenciación de células
madres embrionarias que se transformarán en las estructuras
citológicas específicas que, a su vez,
constituirían las diversas vísceras y tejidos de un
organismo. Dando lugar a uno de los misterios
más sublimes del enigma de la vida.
Investigaciones recientes han demostrado que
factores del entorno y experiencias provenientes del medio
circundante, como ejemplo, el tipo de cuidado que crías de
ratas reciben de la madre, pueden asimismo resultar en patrones
de metilación celular con resultantes comportamientos,
no-genéticos, que son transmitidos a varias generaciones
sin cambiar la estructura del ADN.
Emerge un nuevo nucleótido
El reciente descubrimiento de un nuevo
nucleótido puede que resulte en constreñir a los
biólogos a reexaminar sus métodos de
investigación en lo que respecta al entendimiento de
la metilación del ADN.
Células granulares
La serendipia en la
ciencia operando de nuevo.
Esta última adición al
léxico del ADN se descubrió fortuitamente durante
investigaciones del nivel existente de 5-metilcitosina en los
núcleos enormes de las células de Purkinje.
Skirmantas Kriaucionis, quien hiciera el hallazgo
en el laboratorio de Heintz, admite que los científicos no
buscaban lo que, por serendipia, encontraron.
El descubrimiento
Kriaucionis estaba empeñado en comparar
los niveles de 5-metilcitosina en dos neuronas muy distintas —
pero interconectadas — en el cerebro de
ratones: las células de Purkinje, las más
voluminosas de las células del cerebro, y las
células granulares, las más numerosas y entre las
más diminutas, de todo el encéfalo.
Juntas, ambos tipos de células, coordinan
la función motora del cerebelo.
Luego de haber desarrollado un nuevo método
para separar, entre ellos, el núcleo de los tipos de
células individuales, Kriaucionis estaba en medio del
proceso de analizar la constitución epigenética de estas
estructuras citológicas, cuando se tropezó con un
volumen
sustancial de un nucleótido anómalo e inesperado,
al que denominara como "x".
Esta unidad estructural, recién
descubierta, constituía casi el 40 por ciento de la
citosina metilada en las células de Purkinje y el 10 por
ciento en las células granulares.
Entonces, el investigador condujo una serie de
pruebas
adicionales en "x", incluyendo espectrometría de masa, la
que determina los componentes elementales de moléculas,
reduciéndolas a sus partes constituyentes, y luego
ionizando estas partículas para determinar su
proporción de masa-a-carga.
Estroma celular
Sorprendido, por los resultados obtenidos,
Kriaucionis repitió el mismo experimento diez veces
más, logrando exactamente las mismas consecuencias: "x"
era 5-hidroximetilcitosina, un nucleótido estable que
sólo se había observado en las formas más
simples de organismos, los virus
bacterianos.
Pruebas adicionales conducidas por este
investigador confirmaron que "x" no podría ser un efecto
de envejecimiento, del daño al
ADN durante el proceso del aislamiento celular, o de contaminación por ARN. Concluyendo que "x"
es un elemento constante, que existe en gran abundancia, por lo
menos, en el cerebro del ratón y del ser humano.
Lo que aún no se ha determinado es
exactamente el rol de este nucleótido. Lo que
hasta ahora se conoce es que, en pruebas tentativas, parece jugar
un papel en la desmetilación del ADN, aunque asimismo se
cree que pueda que tenga una función en la
regulación de la expresión de los genes.
¿Cómo "x" escapó ser
identificado por tanto tiempo?
La razón por la cual se cree que este
nucleótido no se había revelado antes, es resultado
de los métodos
tradicionales que se habían venido utilizando, hasta el
momento, en la mayoría de los experimentos
epigenéticos.
En los ensayos
antiguos los científicos recurrían a secuencias de
conversión de bisulfito para identificar los sitios de
metilación del ADN. Un procedimiento que
no logra distinguir entre 5-hidroximetilcitosina y
5-metilcitosina, una deficiencia técnica que mantuvo el
recién descubierto nucleótido, desapercibido por
años.
Lo que es definitivo, es que este hallazgo
obligará a muchos investigadores a revisar sus previas
labores. Por ejemplo, El Proyecto del
Epigenoma Humano, ahora en proceso, ha usado exclusivamente
los métodos de secuencias de conversión de
bisulfitos en sus proyectos, lo que
indica que tendrán que repetirse todos los
experimentos ya realizados.
La importancia de los nuevos descubrimientos en
el campo de la epigénesis se pone en evidencia en el papel
que sus entendimientos puedan suministrar a otras actividades
celulares, que hasta ahora constituyeran posibilidades
remotas.
El rol
epigenético en el desarrollo de la leucemia
Un yerro genético puede conducir a un
error en la interpretación de las etiquetas que asisten
en controlar la actividad genética.
Recientemente, científicos, han iluminado
el mecanismo que hace que una mutación funcional,
vinculada a la leucemia mieloide, pueda dar comienzo a esta seria
enfermedad.
El problema resulta cuando algunas células
malinterpretan el significado de etiquetas químicas,
llamadas "marcadores epigenéticos", en ciertos genes
clave.
El cáncer puede ser resultado de muchos
mecanismos causativos. En algunos pacientes, con cáncer de
la sangre, el agente
desencadenante puede ser una reorganización de piezas
pequeñas del cromosoma, como se ha establecido.
La reorganización, en este caso, fusiona
partes de dos proteínas — NUP98 y JARID1A — las que
aúna. La significancia de este fenómeno, han
demostrado Gang Wang y David Allis de Rockefeller
University en New York, es que el apareamiento de estas dos
proteínas puede resultar en problemas para
toda célula.
La mutación en sí interfiere con la
habilidad celular de interpretar marcadores epigenéticos
— como antes hemos dicho — que actúan como indicadores
que suministran información acerca del control de
intensidad en la actividad de algunos genes. Esta
"equivocación" puede resultar en malignidades.
He aquí como esto sucede
Una de las dos proteínas es, NUP98, que ya
había sido implicada en varios tipos de leucemia,
específicamente cuando esta proteína se fusiona con
cierta proteína. En este caso, NUP98 se une a una parte de
la proteína JARID1A, llamada "un dedo PHD" cuya misión es
la de "leer" etiquetas (o marcas)
epigenéticas.
Los cuatro grupos de genes Hox
Los dedos PHD asisten las células en la
interpretación de marcas químicas que existen en
proteínas asociadas al ADN, llamadas histonas.
Las histonas son proteínas básicas
que se ciñen alrededor del ADN para que éste encaje
dentro de una célula.
Etiquetas químicas en las colas de las
histonas afectan la manera en cuán apretada será la
envoltura del ADN alrededor de las proteínas, lo que a su
vez influye en la actividad potencial del gene.
Ejemplos
El dedo PHD de JARID1A lee una marca en
particular en la cola de histona H3. La marca, entonces, da
señal a la maquinaria de la célula
de que un gen debe de ser activado, y esencialmente expresado. En
otro ejemplo, otro tipo de lectura
indicaría que el gene debe de ser, o saltado o expresado
tenuemente.
Normalmente, cuando el dedo PHD se afija a la
marca, la proteína borra la marca, silenciando el gene.
Pero, Wang descubrió que cuando el dedo PHD se fusiona con
NUP98, el dedo puede leer la marca, pero no la borra.
Esas son malas noticias.Más malas nuevas son que las
proteínas fusionadas actúan como una cubierta,
previniendo a otras moléculas que borren la señal
del gen encendido. En efecto, en lugar de "darle al botón
de la sordina", las proteínas fundidas reclutan otros
genes activadores, aumentando al máximo el volumen de la
actividad cacofónica de todos los genes
implicados.
Los genes marcados de esta manera, por las
proteínas fusionadas, incluyen algunos miembros de
la familia
Hox, que son importantes en promover la replicación
celular embrionaria.
Así, que, en lugar de apagar la
replicación para seguir su desarrollo como una
célula sanguínea común y "normal". Una
célula de la médula ósea con la
mutación en ella, permanece en un estado amorfo
y se reproducirá virulentamente, representando un elemento
que garantiza el impulso futuro de proliferación
citológica cancerosa.
La célula está, y actúa
"confusa", porque las proteínas fundidas han trastornado
el orden. Quizás, algún día, la
quimioterapia dirigida a los dedos PHD pueda que asista al logro
de la reinterpretación correcta de las marcas
epigenéticas.
Los científicos todavía no saben
con certeza si este malentendido al nivel de la actividad celular
es una causa común del cáncer en general o de otras
enfermedades, en
particular; pero, Yang Shi, un biólogo molecular de la
universidad de
Harvard, afirma que es muy posible que errores en la lectura de
marcas epigenéticas puedan resultar en consecuencias
desastrosas.
Nature vs Nurture
De lo antedicho, puede colegirse que las
células han evolucionado — dedicando muchos recursos para
hacerlo — esta red eficiente de
proteínas que se dedican a la lectura de las
modificaciones hechas por las histonas. Estos módulos de
reconocimiento serán muy importantes no sólo en la
regulación de los genes sino en la producción, entendimiento, y control de
algunas patologías, la leucemia entre ellas.
El valor general
de estos recientes hallazgos es, que problemas similares
probablemente son comunes a otras malignidades y condiciones, que
representan una nueva categoría de factores
etiológicos, como se reporta en la revista
Nature el 10 de mayo del 2009.
Prosigamos
Ya hemos establecido algunas nociones esenciales
que nos sirven para introducir el otro motivo que inspirara
la
organización de esta lección. Éste
consistió en destacar el dilema que nos confronta cuando
tratamos de resolver el impase creado por la dicotomía
artificial entre la Naturaleza y
la Crianza, o:
Nature vs Nurture
El origen anglosajón de esta frase
pegadiza, se encuentra en mi artículo El Cerebro
Plástico, del que se extrae y aquí se
reproduce:
"De acuerdo a Matt Ridley, el término
Naturaleza vs. Enseñar (ya que "nutrir" es muy impreciso)
fue introducido en el año 1581, por un director de
escuela
inglés
llamado Richard Mulcaster, cuando publicara su libro
Positions Concerning the Training Up of Children. De esta
disyuntiva precisamente se origina el desarrollo de nuestra
mente".
Transposones
Shakespeare hace alusión a la frase en
The Tempest cuando Próspero vilipendia a
Calibán:
"A devil, a born devil, on whose Nature
nurture can never stick" (Act 4, scene I).
Lo importante es admitir y tratar de entender las
razones y el por qué todavía existen
científicos y personas de indiscutible habilidades
intelectuales
y en posesión de conocimientos profundos que debaten este
dilema incierto, defendiendo sus prejuicios con toda la
energía posible.
En vista de lo que hemos aprendido acerca de la
genética y de la epigenética podemos conceder que
ambos campos están en lo correcto.
Veamos. A veces escuchamos que un niño
posee los ojos verdes de la madre y la inquietud de su abuelo.
Pero, ¿de dónde provienen su necesidad de querer
controlarlo todo, o su talento como autodidacta en la
interpretación de la música?
¿Cuáles de entre estos atributos se pueden imputar
a los genes, como siendo predeterminados, y cuáles al
entorno educativo o que nutre?
Garçon à la pipe por
Picasso:
¿Nature vs Nurture?
Terminantemente, todos estaríamos de
acuerdo en que las características físicas son
resultado de la herencia, pero,
éstas se vuelven debatibles cuando se aplican al comportamiento
individual, a la inteligencia,
y a la
personalidad, ya que estas cualidades no son
fenotípicas. Lo que nos pone en la posición de
repetir las palabras del Dodo, en Alicia en el País de
las Maravillas, cuando éste repite que todos
ganan y nadie pierde, al final de una carrera de caracteres
estructurada de tal manera que nadie puede ser ganador.
La dificultad mayor en nuestro estado del
arte y de
la ciencia
genética es que, antes de darle cupo a los conocimientos
que paulatinamente están proviniendo de la ciencia
epigenética, por un lapso considerable de tiempo se
creyó que los genes eran destino, alfa y omega, principio
y fin.
Sin embargo, desde el descubrimiento de los
transposones o "genes saltantes", hecho por la científica
Barbara McClintock, nuevas perspectivas en el campo de la
plasticidad del gene se han hecho posibles.
Parentéticamente, vale la pena aquí
recordar que en el 1983 McClintock recibió el Premio Nobel
por sus hallazgos, estudiando transposones en el maíz.
El argumento que establece lo que es
ingénito, y nace como parte de nuestra
constitución, y lo que es resultado de nuestras reacciones
a lo que el entorno nos proporciona, nunca se ha decidido, porque
todavía no sabemos con certeza cuáles son los
atributos que nos pasa el ADN y cuántos nos imprimen las
experiencias de la vida.
Lo que sí reconocemos es que ambos
factores juegan un papel determinante y definitivo en la
transmisión de ciertos caracteres.
Lo primordial, es entonces, determinar la
relevancia de esa frase eufónica e iterativa de Nature
vs Nurture, que se descubre en tantos artículos
científicos.
Por supuesto, la expresión en
cuestión es una muletilla simple que nos sirve para
definir y contrastar la preponderancia de los roles que juegan la
herencia y el entorno en el desarrollo
humano.
El eterno
dualismo
Muchos otros han trazado sus orígenes al
siglo XIII en Francia, lo
que es posible.
Algunos científicos creen que los seres
humanos se comportan de acuerdo a tendencias determinadas
genéticamente. Mientras que otros, creen que nuestros
semejantes (y otros animales, por
ende) se comportan del modo como lo hacen, porque aprendieron a
hacerlo así.
Alucinación auditoria por
Jonathan Keegan
Esta es la parte que se considera
"Nurture" en esta tesis acerca
de la herencia del comportamiento
humano.
El progreso acelerado de la ciencia
genética, como ya expresáramos, nos sirve para
justificar que ambas tendencias son correctas.
La Naturaleza nos dota con habilidades
ingénitas y rasgos natos. La crianza toma esas tendencias
genéticas y las moldea a medida que aprendemos y
maduramos.
¿Fin del argumento?
¡NO!
Los científicos todavía debaten
furibundamente lo que nuestros genes y el entorno controlan, sin
llegar a conclusiones definitivas.
Herencia: La Teoría
de la Naturaleza
Los observadores legos habían intuido,
desde antes de los tiempos de Mendel, que el
color de los ojos
y del cabello eran determinados por factores específicos,
aunque desconocidos, resultados de la herencia. La
Teoría de la Naturaleza, asistida por conocimientos
derivados de la genética, hoy avanza esta noción un
paso más adelante cuando propone que tales atributos como
son, la inteligencia, la personalidad,
la agresividad, la religiosidad, y la orientación sexual,
están asimismo codificados en el ADN individual.
Lo que no se ha establecido de manera
conclusiva.
Ambiente: La Teoría del Entorno donde
alguien se desarrolla y vive
Mientras que no ignoran las tendencias
genéticas que puedan existir, los proponentes de la
Teoría del Entorno creen que nuestros
comportamientos provienen exclusivamente de las fuerzas
ambientales que inciden en nuestro crecimiento evolutivo.
Estudios del temperamento de los niños,
aún no han logrado establecer los elementos cruciales que
soportan terminantemente la teoría en favor de la
primacía del efecto del entorno.
Nature vs Nurture
Nadie hoy puede creer que la correlación
entre gene y comportamiento existiera firmemente establecida
antes de que naciéramos. Tampoco nadie cree que esta
circunstancia pueda resultar siendo el equivalente de un
determinismo fatalista.
Si, bien es posible que un gene aumente las
probabilidades de que alguien se comporte de una manera
específica, no puede, por virtud de su actividad, obligar
a que las personas se comporten del modo que lo hacen — aunque
ciertas infecciones, causadas por ciertos agentes — pueden
lograr esta hazaña. (Para mejor entender este concepto,
consúltese mi artículo: Neurociencia,
epigénesis, microbios, la mente arrebatada y la
ilusión del libre albedrío: La singularidad de la
Reina Roja).
Glotonería por Jacques de Backer
(1555-1585)
Sea como sea, a muchos nos gusta pretender que,
como individuos, somos independientes — aún de los genes
— aunque, cuando así pensamos, lo hacemos sin tener la
evidencia para sustentarlo.
En resumen
Hemos de recalcar que las ciencias del
comportamiento son esencialmente biológicas y que tanto
nos importan el entendimiento de aquellos trastornos que se
llaman "funcionales" como aquéllos que son debidos a
causas establecidas, como consideramos la locura
megaloblástica, entre muchas deficiencias
vitamínicas. Estos últimos tipos de trastornos por
su parte, gozan del beneficio provisto por confirmación de
etiologías determinadas para entenderlos y de
métodos específicos para tratarlos.
Con los avances de las neurociencias, de los
métodos para el diagnóstico no-invasivos, y con los
descubrimientos que, cada día se hacen en las ciencias de
la genética, es obvio que para entender nuestros
pacientes, tendremos que aprender a interpretar el "lenguaje" de
los genes.
Para poder lograr
meta tan ambiciosa, hemos de proceder desde una posición
unitaria, eliminando la noción de la división
psico-somática o de la segregación de lo que nos
asigna la Naturaleza de lo que son las influencias del entorno.
Una lección que nos enseñan víctimas
recientes de la "tanorexia", en ponencia ya
publicada.
Los campos que abogan un determinismo exclusivo,
con la supresión del otro, actúan,
sorprendentemente, como si hubiesen heredado la tendencia a las
diatribas características con que se tratan entre ellos
los creacionistas y los evolucionistas.
Lo que no cubren satisfactoriamente los
proponentes de cada tendencia es el tratamiento de
aquéllos factores, que son necesarios, para interpretar
fenómenos que no son genéticos ni definitivamente
resultados de influencias del entorno.
Me refiero aquí a procesos que
desafían nuestro alcance científico. ¿De
dónde, en el gene, provienen las compulsiones del TOC, las
alucinaciones del esquizofrénico, la carencia del contacto
afectivo del autista, o la exuberancia del maníaco?
¿Cómo se explica que un atributo
adaptivo como lo es la capacidad de acumular grasa, para luego
perderla, se convierta en plétora de condiciones asociadas
a la obesidad
resultante del modo en que comemos?
¿Cuáles son los aspectos
ambientales o somáticos que contribuyen al entendimiento
de la apotemnofilia, la experiencia
déjà vu o al desarrollo del
síndrome de Tourette?
Quizás en estas áreas difusas y aun
poco entendidas es donde los conocimientos de la
epigénesis hacen sentir mejor su relevancia, cuando lo que
pudo haber sido una adaptación cesa de serlo y se
perpetúa, malignamente, como sistema
independiente y organizado, haciendo estragos, físicos y
del entorno del organismo, como si fuesen reflexiones de
espejo.
Jane Goodall y su "amigo": Nature,
Nurture o ¿Neuronas espejo?
Me refiero a la anorexia
nervosa y otras condiciones que comenzaron, quizás, como
arranque emocional para lograr homeostasis
psicológica, pero que nunca dieran resultados.
Las ciencias médicas, en general, y las
del comportamiento en particular, tienen mucho que ganar del
estudio profundo de las ciencias genéticas —
especialmente de las enseñanzas provistas por la
epigenética — para poder mejor servir a sus
pacientes.
Nature vs Nurture: Maltrato
infantil.
Sí, repetimos, la psicoterapia
puede ser concebida como una cura basada en la
transformación epigenética de los sistemas
emocionales del paciente, como ya hemos visto.
Y, siendo así, tendremos que escuchar con
la reservación debida, las observaciones de algunos de mis
colegas:
"Con la llegada del litio y la de los nuevos
antidepresivos, ¿quién tiene tiempo para escuchar?
Cuando me llega un paciente, lo primero que hago es abrir la
gaveta donde guardo los recetarios. ¡Soy un
psicofarmacólogo!"
Fin de la lección
Bibliografía
Larocca, F: (2007) Del gen de la
Obesidad. "Of Mice and Men." en
monografías.comLarocca, F: (2007) La
adrenoleucodistrofia en monografías.comLarocca, F: (2007) El patrón
genético de la adicción al tabaco, a la comida
y al alcohol en monografías.comLarocca, F: (2007) La serendipia
revisitada psikis.cl y en monografías.comLarocca, F: (2007) La locura
megaloblástica en monografías.comLarocca, F: (2009) Música:
Evolución y Destino. "Yo sé por
qué, el pájaro, canta en su jaula."* en
monografías.comLarocca, F: (2008) Comprendiendo el
cerebro: Una Guía Concisa para el Usuario y para el
Aficionado en monografías.comLarocca, F: (2008) El Holograma del
Cerebro y la Memoria: El Holograma del Universo en
monografías.comLarocca, F: (2008) El cerebro social
en monografías.comLarocca, F: (2008) El gene cumple cien
años: Un breviario de la ciencia epigenética
como celebración en monografías.comLarocca, F: (2008) Síndrome del
hartazgo nocturno: La epigénesis y la psicoterapia en
acción en monografías.comLarocca, F: (2008) La
neurobiología de la psicoterapia: Las neuronas y las
sinapsis en acción en monografías.comLarocca, F: (2008) La ciencia
epigenética, el embarazo normal y la obesidad en
monografías.comLarocca, F: (2008) Contra la
eugenesia en monografías.comLarocca, F: (2008) Déjame que te
cuente genoma. en psikis.clLarocca, F: (2009) La obesidad morbosa,
la cirugía gastroplástica y la
epigénesis en psikis.cl y en
monografías.comLarocca, F: (2009) El cerebro hedonista,
el cerebro adicto en monografías.comLarocca, F: (2009) Música:
Evolución y Destino. "Yo sé por
qué, el pájaro, canta en su jaula."* en
monografías.comLarocca, F: (2009) Déjà vu.
Cuando, lo nunca antes visto, es, percibido de nuevo: La
Psicología y la Neurobiología de lo
Insólito en monografías.com y en
psikis.clLarocca, F: (2009) La genética del
comportamiento humano (NEXT) La conquista más incierta
de la Biología conductista en psikis.cl y en
monografías.comLarocca, F: (2009) Caso difícil
Número 25: Tanorexia, la piel, y las emociones en
monografías.comLarocca, F: (2009) El BIID, el cerebro
vibrando, el lóbulo parietal superior (LPS), las
tormentas eléctricas del encéfalo, las memorias
errantes, y la apotemnofilia en
monografías.com
Bibliografía adicional suministrada por
solicitud
Larocca, F: (2009) Neurociencia,
epigénesis, microbios, la mente arrebatada y la
ilusión del libre albedrío: La singularidad de
la Reina RojaLarocca, F: (2009) El cerebro
plástico, el cerebro darvinista: "Viaje al centro del
cerebro" y algunas reflexiones neuro-científicas
aplicadas al genio de Jules Verne.
Autor:
Dr. Félix E. F. Larocca
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